En los primeros relatos suenan ecos de Cortázar y otras voces conocidas, “Nada nuevo bajo el sol”, piensas dándotelas de lista y de leída, pero al tercero empiezas a comprender que esto es otra cosa y que Amanda Mijalopulu te está llevando por donde ella quiere como un perrito obediente. Y al final aplaudimos, porque la muchacha lo hace bien, Y todos contentos.