Desordenadas Lecturas escribe una reseña sobre «Los perales tienen la flor blanca», de la que dice que es una novela excelente:
Se narra la vida de una familia compuesta por el padre y tres hijos (dos de ellos gemelos, Klaas y Kees) que viven con su perro y respiran diariamente lamentando una ausencia omnipresente: la de la madre, que se ha ido con un hombre a otro país y prácticamente no da señales de vida.