Sólo una cosa al terminar La Muñeca de Kokoschka,
creo que sois un crepúsculo, algo que ya es pasado y se aferra al presente para impulsarse con toda su energía hacia el futuro. No tengo ni idea de lo que significa pero es lo que siento al terminar este libro y recordar vuestros anteriores. Sois un puñetazo de Bogart interpretando a Spade.
Al abrir uno de vuestros libros desconozco lo que me voy a encontrar. Sois nervio, angustia, ira y tormento, vuestra fisicidad me tiene atrapado. Poseéis un brillo, una certeza y seguridad en cada una de vuestras vidas que acongoja, da miedo. Provocáis que sienta la necesidad de coger del cuello a cada uno de los clientes que entran en mi librería y obligarles a comprar vuestros espejismos, porque es como yo los veo, espejismos en el desierto, imágenes irreales de algo que parece no tener sentido pero que poco a poco va organizándose en el inconsciente para estallar en innumerables colores.
Cada libro un latido, un impulso de vida, la sangre presionando mis sienes, la ansiedad ante un vacío que espero siempre llenéis.
Un abrazo enorme, y un deseo de fortuna para cada uno de vuestros libros.