Sabaté retrata perfectamente, y estoy seguro que gracias a haberlas sufrido en sus propias carnes, las dificultades que encuentra un apasionado de la literatura cuando decide dar el salto a escribir. La dificultad de concebir una historia y que llegue a editores que decidan publicarte.
Ésta es una historia de frustración, de autojustificación del fracaso, y de como algunas cosas pueden distraernos de lograr nuestro verdadero objetivo.
Y todo ello Sabaté lo mezcla con gran maestría con una historia de misterio acerca de un supuesto plagiador de novelas que la única manera de explicar como trabaja es que pueda viajar en el tiempo. ¿Resolverá el misterio?