[En Diez gansos blancos] Bakker no solamente se aleja de la urbanidad que caracteriza la narrativa contemporánea, no solo abandona cualquier referencia a la frenética y tecnologizada sociedad presente; Bakker borra cualquier rastro de la modernidad, para trasladar la narración a una granja donde el tiempo parece haberse detenido, donde la incomunicación, la oscuridad y la soledad conforman el paisaje.