Rayo Verde es en palabras de sus editores, Laura Huerga y Jordi Fernández, un proyecto vivo que busca “dar más espacios a obras inquisitivas, comprometidas, audaces, inconformistas y exigentes en las librerías y en las bibliotecas”. En estos momentos en los que la palabra crisis se está haciendo habitual en nuestro vocabulario, encontrar un equipo valiente, innovador y arriesgado que se lance al mercado de los libros con premisas tan interesantes, es algo que debe contar con todo nuestro apoyo.
En su andadura parten con dos objetivos bien definidos: acercar a los lectores exigentes la obra de autores de contrastado valor literario, y fomentar el hábito de la lectura. Centrarán por tanto su esfuerzo, en la publicación de autores singulares que con un estilo propio cuenten historias interesantes, y de aquellos escritores que quizás por no tener un cariz marcadamente comercial, no han sido publicados o traducidos al castellano. Han configurado dos colecciones, una de narrativa y otra de narrativa breve, con las que buscan el atractivo conjunto de entretenimiento y calidad literaria.
Y como el camino se demuestra andando, para este momento tan significativo, la editorial Rayo Verde ha apostado por dos novelas realmente interesantes: Todo está tranquilo arriba, del escritor holandés Gerbrand Bakker, y La pesquisa, del argentino Juan José Saer.