Álvaro del Olmo (Madrid, 1982) escribía de pequeño revistas sobre unos presuntos misterios del universo, totalmente inventados.
Pianista y ajedrecista diletante, le gusta ojear libros sobre ciencias e idiomas que no comprende en absoluto. Estudió ingeniería y años más tarde empezó a estudiar filosofía.
Gracias al 15M ahora considera la esperanza, como decía Ernst Bloch, como un principio rector del pensamiento. Desde entonces cree que ya no hay excusa para sentirnos solos.