B.S. Johnson publicó esta maravilla en 1969 y, como todas sus novelas, fue celebrada y elogiada por la crítica e ignorada por el público.
Recuperamos este libro ya publicado en 2001 por Numa porque fue un amor a primera vista, un libro que devoramos en un momento, recomendados por nuestro buen amigo Marcelo Cohen, su traductor.
No os confundáis, los pliegos sueltos en una caja no son sólo una caprichosa forma de llamar la atención. Los pliegos sueltos, cuando los coges y los desordenas, representan la forma en que nos llegan los recuerdos. Quizás la última vez que viste a tu amigo vivo apele aquella imagen de su boda o el primer día en que no quiso bajar a tomar una cerveza contigo porque ya no se encontraba bien.
Este libro habla de la fragilidad de la vida, entre otras cosas, pero los pliegos sueltos son la fragilidad misma de un libro. Un libro sin coser ni encolar que se presta a la «perdición», la misma perdición del ser humano.
Un libro sin formato de libro. Tú eliges el orden. Un libro en una caja con los pliegos sueltos.
No podrás evitar que te conmueva, emocione y de alguna forma te haga llorar y reír.
La vida es así. Y la muerte siempre llega.
Por los amigos que perdimos. Por los que nos perderán.

